“España es una gran fosa común”, así de contundente se manifestó el artista Eugenio Merino en la conversación titulada El desaparecido más famoso del mundo que protagonizó con el periodista y especialista en la figura de Federico García Lorca, Víctor Fernández.
Arrancaron la charla analizando la escultura de Lorca en la Plaza Santa Ana de Madrid, y remarcaron que representa a un Lorca que no conmueve y que liga con las teorías falsas que se han construido alrededor de la figura del poeta. “Lorca no quería saber nada de la falange y aún así se pervierte y se pervierte que Lorca era apolítico”.
Precisamente Eugenio Merino se embarcó en el proyecto de Lorca después de leer el libro sobre el poeta editado por la comunidad de Madrid y la visión que se ofrece de él. “El franquismo asesinó a Lorca. A Lorca lo asesinan por socialista, homosexual, etc”, remachó al respecto.
En la galería Memoria de Carabanchel levantó el suelo, hizo un agujero para colocar una escultura hiperrealista de Lorca. El agujero lo tapó con un cristal para poder pisarlo. “El agujero para mí es lo que mejor representa la represión franquista”, argumentó el artista.
Uno de los objetivos de Merino era el de representar un Lorca menos folclorizado gracias a los estudios de Ian Gibson y Víctor Fernández y huir de la intención de convertirlo en una atracción turística.
Sobre dónde están los restos de Federico García Lorca, Víctor Fernández aseguró que a Lorca lo mataron en Alfacar, y que a pesar de que el grupo de investigación del que forma parte, ha señalado el lugar donde se encuentran, ni la Junta de Andalucía ni el Gobierno de España han mirado allí.
“¿Cómo se puede representar a Lorca y, a los asesinados por la Guerra Civil?”, se preguntaba Eugenio Merino, y por eso creó Banco Público, un banco de cemento en el que ha colocado el cuerpo su escultura de Lorca en el interior. Una pieza que es la historia de Lorca, pero también de los otros desaparecidos.
La conversación también repasó otros trabajos de Merino como el dedicado a Picasso en Málaga que partía de la reflexión de como un icono del compromiso político se había convertido en un objeto manufacturado de museo, y de como se manipula la palabra de los creadores para una utilización turística.
Fernández y Merino cerraron la cita recordando otro proyecto del artista en colaboración con Santiago Sierra: El Ninot, una escultura de Felipe VI que en 2019 expuso en ARCO. Pensada para ser quemada, la figura se quemó en El Konvent de Cal Rosal por los mismos artistas: “la quema duró cuatro minutos, pero se grabó en formato cine y a cámara lenta y el vídeo dura una hora. Un disfrute total”.
Eugenio Merino se ha consolidado como uno de los artistas multidisciplinares más irreverentes, incómodos y polémicos de la escena artística actual; y también uno de los más comprometidos con tratar temas de memoria histórica, y del que el Museu de l’Art Prohibit exhibe la pieza Always Franco. Según el propio Merino, Francisco Franco es una de sus obsesiones, y para este 20 de noviembre que se cumplen 50 años de la muerte del dictador se avecinan nuevas acciones. Estas y otras reflexiones las podéis recuperar en el canal de Youtube del museo: