“Mi trabajo es como un boomerang que vuelve años después”, dijo Andres Serrano el pasado 13 de febrero en el Museu de l’Art Prohibit.
La programación de actividades del museo arrancó con la presencia del artista. El autor del ‘Piss Christ’ en conversación con el periodista Toni Ribas repasó su carrera y los temas recurrentes en su obra como el sexo, la muerte y la religión.
Nacido en Manhattan hace 73 años, Serrano aseguró que lo que dicen o hacen sobre su trabajo nunca le ha afectado: “Me pueden atacar y no me afecta, yo tengo mi visión; yo no batallo con mi trabajo, otra gente quizás sí”, comentó con tranquilidad a pesar de que obras suyas han sido agredidas y vandalizadas en numerosas ocasiones.
El autor del Piss Christ nació católico y se crio como tal. “Tras mi confirmación la monja me dijo que era un soldado más de cristo, y y siempre me he sentido como un soldado de cristo”. Satisfecho con la invitación del Papa y la especial bendición que le brindó, Serrano considera que sus piezas con referencias religiosas no son una provocación, para él ser cristiano es una manera de ser tolerante.
De sonrisa generosa y un agudo sentido del humor, desde que descubrió el universo de Marcel Duchamp y Luis Buñuel, y decidió ser artista, siempre ha optado por títulos descriptivos y materiales y temas que le rodean. Por eso en los ochenta trabajó con fluidos corporales como la sangre, el semen o la orina. De ahí que recuerde con orgullo que un par de fotos suyas de la época fueran elegidas por Metallica para ilustrar los álbumesLoady Reload.
Satisfecho con la presentación del Piss Christ en el Museu de l’Art Prohibit, comentó que “no veo la pieza a menuda y al verla en el museo me ha impresionado ver lo bien que luce, creo que los colores son exactamente los que son”.
Tras las series de los fluidos, se dedicó a los retratos inusuales. “Pasar de una serie a otra es una progresión natural para mí, encuentro cosas que para mí tienen sentido”, sostuvo Serrano, que afirma sentirse muy conectado a los artistas clásicos que trataban temas religiosos.
Durante la charla repasó algunas de sus imágenes más icónicas, algunas de la serie Morgue (Serrano evita hablar de muertas o cadáveres, para él siguen siendo gente, personas humanas con un espíritu que está en algún lugar); de las de A History of sex, para las que pasó meses en Ámsterdam tomando fotos, o de The Interpretation of dreams. También contó que en 2004 fotografió a Trump porque representaba al sueño americano: “posó para mi, no puedo decir nada malo, pero asusta a mucha gente, incluso a europeos”.
Hijo único de madre de origen cubano, afirma ser hispano, pero no se identifica con ninguna categoría, dice que “todavía soy un outsider”. Para él, en su trabajo lo más importante es la belleza y el sentido de la composición y del color. Con esta premisa ha demostrado que lo bello puede ser fuerte y provocador, y que la estética más gentil puede contener un mensaje durísimo.